Maximizando el derecho de todos/as a ser madres/padres

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Sabemos que la mente tiene un poder excepcional sobre nuestro organismo y que puede llegar a alterar su equilibrio, haciéndonos vivir situaciones con implicaciones médicas serias y ante las que la medicina poco puede hacer. En ese sentido, hablar de maternidad o paternidad sin hablar de emociones y salud mental sería hablar de un tema incompleto, pues nuestra salud emocional, cuando deseamos ser padres, puede afectar al funcionamiento de nuestro aparato reproductor y las posibilidades que tenemos de tener hijos/as según nuestros deseos.

En el caso de que las dificultades tengan que ver con la fertilidad, lo cierto es que los bloqueos emocionales pueden tener una incidencia directa tanto en nuestra capacidad fértil como en los abortos espontáneos que pueden ocurrir una vez hemos conseguido una fecundación de óvulo exitosa. Hay que aclarar que estos bloqueos no siempre son conscientes, con lo cual su tratamiento se torna mucho más complejo. Traumas de infancia, maltratos, abusos y otro tipo de cicatrices emocionales que creíamos olvidadas y que florecen al enfrentarnos a la idea de la maternidad, pueden ser los causantes de nuestra infertilidad involuntaria.

Todas estas emociones reprimidas y producidas por este tipo de traumas nos afectan a nivel fisiológico. Internet y el constante consumo de redes sociales en las que la vida de los demás parece exenta de problemas, también pesan mucho a la hora de concebir. Llegado este punto hay que destacar que no todos los problemas de infertilidad tienen su origen en la mujer o sus traumas infantiles; los hombres también sufren, a veces por problemas emocionales, de espermatozoides lentos a los que les cuesta fecundar un óvulo. Para esos casos o los casos de parejas del mismo sexo, monoparentales, etc. que en este país, legalmente, puedan tener hijos/as, buscar opciones de inseminación artificial con Smartsalus puede ser una opción efectiva.

Tratamientos psicológicos para los problemas de concepción

Afortunadamente existen muchas opciones terapéuticas para revertir la infertilidad causada por nudos emocionales, como la terapia sistémica familiar o la constelación familiar, que puede realizarse en grupo o de manera individual, siempre con la guía de un profesional. Este tipo de terapia consiste en poner a la persona afectada en el rol que siempre le ha correspondido (si es hijo, el de hijo; si es hermano, el de hermano) para intentar, de manera simbólica, poner orden en el núcleo familiar. Es una forma de despertar empatía hacia las personas cercanas que nos pudieron hacer daño con sus conductas, identificar las causas del bloqueo emocional e intentar revertirlo. Seguramente se solucionará no solo el problema de concepción, sino otros muchos que teníamos enterrados en el subconsciente y que nos han estado afectando de manera indirecta. De ahí la importancia de buscar ayuda psicológica cuando la sentimos necesaria.

 

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