Le tocó: La web ha muerto.

Wired, como muchas otras publicaciones online norteamericanas, tiene la sana y lucrativa costumbre de atraer tráfico “a su web” (el entrecomilado cobrará sentido conforme vayáis leyendo este artículo) a base de provocaciones periódicas.

Así, mataron a los blogs hace un tiempo, pusieron sobre la pantalla la cuestión de si somos más listos o más tontos con la web (creo que en este caso fue The Atlantic, otro hito made in USA en publicación online) y no sé cuántas cuestiones más. Lograron sin duda, como lo lograrán ahora, su objetivo: atraer al público analista-geek mundial “a su web” durante más de los 3 días en que algunos estudios cifran la vida media de un post.

La de ayer, creo, es el equivalente a “la canción del verano” en la blogosfera, además de la provocación más extraña y falaz que les he leído, firmada por un Anderson que creo que ha bajado de nivel estrepitosamente como analista tras firmar el artículo. Su título: La web está muerta, larga vida a Internet, “The Web Is Dead. Long Live the Internet”.

Confieso que lo primero que me veía a la cabeza era optimista. Después de dejar el enlace en twitter, llegaban cuestiones acerca del tema. A diferencia de otros tiempos en los que este tipo de debates se transmutaban a nuestro idioma con más de un par de meses de retraso (recuerdo a Casciari degollando blogs mucho después de la anunciada apocalipsis en Wired), hoy, gracias a ese bazar de locos – Twitter, masivo e inmediato, nos dirigimos a un usuario de habla hispana mucho más formado, para conversar sobre temas de actualidad mundial.

En fin… volviendo al debate, el tema es si, como reflejan en esta muy discutible infografía (debajo la de Boing Boing, a partir de los mismos datos pero teniendo en cuenta que no se puede comparar el peso del texto con el del vídeo en términos de tráfico web), las apps mataron o no la web.

 

 

No se trata, según los autores, de una cuestión trivial: uno de los cambios fundamentales en el mundo digital ha estado en ir desde la world wide open web, la web abierta, hacia plataformas que usan Internet para transportar datos pero no navegadores para mostrarlos.

Así, ilustran los autores, dado que no puede existir modelo de negocio desde el caos, se han ido haciendo realidad las plataformas “curadas”, controladas, acotadas, que nos transportan fuera del universo infoxicado y proporcionan experiencias de usuario mejoradas. ¿No era de eso, de buscar formas mejoradas de interacción con lo extraordinario de los UGC (contenidos generados por los usuarios, lo que venimos defendiendo como web social, de todos), de lo que se trataba? ¿No era de buscar modelos de negocio alternativos a un “Free” que según el propio Anderson era esencial e irrenunciable ahora?

Sigamos con el sin sentido:

El cambio es provocado por el modelo iPhone, los modelos basados en apps (y no en HTML),  a los que los rastreadores, como Google, no pueden acceder.

En esta frase está la gran falacia que presenta, en mi opinión, el artículo de Anderson. Lo ejemplifica con lo siguiente:

“During breakfast you browse Facebook, Twitter, and The New York Times  — three more apps. On the way to the office, you listen to a podcast on your smartphone. Another app. At work, you scroll through RSS feeds in a reader, another app”

Durante el desayuno, navegamos en Facebook, Twitter, leemos el New York Times (a través del Ipad, iPhone o cualquier cosa que no sea un navegador), después, de camino a la oficina escuchamos un podcast a través de un smartphone (otra app). En el trabajo leemos RSS en un reader (app de nuevo).

Sigue hablando de Xbox Live, Skype, Netflix, servicios que usan otros protocolos, distintos de html. Nada que decir en ese sentido, pero….

 

¿No será que lo que quieren expresar es que ha muerto el navegador? Porque decir que Facebook es un jardín vallado está fantástico (a pesar de que desfortunadamente nuestros perfiles, gustos y pertenencias son polémicamente indexables en la web), pero decirlo de Twitter, del New York Times, de ciertos Podcast y de las fuentes RSS que no son más que un extracto de lo que publicamos en páginas web, me parece una de las mayores tonterías que he leído hasta la fecha.

Que naveguemos mediante herramientas más elaboradas que los navegadores, con “aplicaciones nativas” que repito, mejoren la experiencia de usuario, no significa que las fuentes desaparezcan. Es como decir que la naturaleza ha muerto porque llevamos zapatos por el monte o lo transitamos en bicicleta.

Empezamos a encontrar modelos de negocio compatibles con la revolución UGC. ¿Cuál es el problema? Si las apps mejoran la forma de administración de los UGC (y a veces es lo único que hacen), ¿cuál es el problema?

Servicios de pago, un carácter del ecosistema web que facilita la libre circulación de bits y permite por tanto que a los servicios de pago les copien servicios gratuitos, ¿cuál es el problema?

 

Creo que es un grave error confundir apps con jardines vallados, con plataformas cerradas, de pago, de contenidos. Recomiendo leer a Zittrain (dejábamos aquí enlace a su libro en descarga gratuita) para entender la diferencia entre plataformas cerradas, web generativa y lo absurdo de los planteamientos del artículo de Wired. Porque es cierto que “The more Facebook becomes part of your life, the more locked in you become.”, que Facebook representa todo lo que muchos/as no queremos para la web, pero no lo son los argumentos de este polémico, confuso, falaz artículo.

Recomiendo también, a los que queráis ampliar, leer las críticas de los lectores – prosumidores. El mejor, sin duda, este: “Fantástico, si la web ha muerto, podéis por favor eliminar la plétora de anuncios que mostráis en Wired? ;)

 

Sigue Anderson: Apreciamos la apertura pero al final del día hemos tomado el camino de lo fácil. Pagamos conveniencia, accesibilidad, canciones a iTunes por 99 céntimos, a pesar de saber que las tenemos gratis (“en la web”).

Y extraña su planteamiento después de leer Free. Allí recupera sabiamente los valores generativos de Kelly (los trasladábamos a elearning en diversos artículos y presentaciones), planteando modelos alternativos de negocio en la época de la abundancia web que la hicieran sostenible. Repasemos las 8 cualidades que hacen que un contenido sea “mejor que gratis” y veremos la Accesibilidad, la facilidad de búsqueda como elementos susceptibles de cobro en la Freeenomics.  ¿Es negativo un espacio web desambiguado, personalizado, en el que recibamos a través de herramientas lo que hemos prefefinido como esencial sin tener que morir infoxicados? ¿Reniega Anderson del “Pull” que parece ser una característica de la web mejorada?

En definitiva Anderson se contradice, en mucho, a sí mismo. Y decepciona por haber querido recuperar y protagonizar un debate que no es, ni nuevo, ni suyo.

 

Podrían haber tratado un problema más importante, uno que sí afecta a la libre circulación de contenidos, al posible deterioro de la web como la conocemos. Un problema tristemente de moda: el de la neutralidad de la web. Porque la web está lejos de morir. Cada nueva aplícación facilita también la producción y consumo de sus contenidos, mejora su accesibilidad, su usabilidad, su universalidad. Hasta que llegue Google, con sus pobres acuerdos sobre neutralidad con Verizon y empecemos a vivir, de verdad, una web enferma.

 

Podéis seguir el debate en español en:

– “La web está muerta: la era de las plataformas” | Periodistas21.
– “Hace un tiempo veíamos los pronósticos…” | Y todo lo demás…

Entrada leída 2176 veces desde Abril de 2022

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32 comentarios en “Le tocó: La web ha muerto.

  1. Pingback: Bitacoras.com
  2. Gracias, Dolors, por esta inmediata y contundente respuesta a los chicos de Wired… Estaba leyendo el artículo, pero he visto tu referencia en twitter y he preferido venir a ver tu opinión… Me parece un comentario perfecto… y habrá que suponer que sí, que lo hacen por generar buzz…
    Gracias, de nuevo.

  3. Después de todo el ruido que ha generado el artículo de Wired por fin leo un análisis sensato que pone las cosas en su sitio.
    Como bien dices al principio, las publicaciones tienen que atraer tráfico sea como sea.

  4. Hay, sin duda, en ese tipo de artículos un claro afán de notoriedad y voluntad en ser el primero en dar la primicia de la muerte de cualquier cosa para atribuirse una capacidad visionaria (superpoderes, muy en la línea de la cultura estadounidense) una vez acertado. La verdad es que después de centenares de artículos semejantes alguno acabará por acertar.

    Por otro, lado creo que el autor confunde, y ese es un error grave, su experiencia personal -quizás haga lo que dice que hacemos todos- pero comete la falacia de extrapolar su caso a la generalidad. Un error de principiante en investigación social pero un error habitual del periodismo.

    Por lo demás estoy de acuerdo, saludos.

  5. Bueno, lo que ocurre es que en EEUU la gente ya no usa Internet al modo antiguo. Anda todo el mundo con su móvil conectado todo el tiempo: por la calle, en el metro, en el taxi, en el descanso y, claro… desde esa óptica la web tradicional pasa a segundo término. Aunque, claro, habría que distinguir entre el uso móvil y el tradicional que se sigue usando en el trabajo, en casa, etc. Y ahí, la web es básica.

  6. Al leer esta entrada me ha venido a la cabeza la famosa aporía de Zenón que tenía Aquiles como protagonista. En este relato, Aquiles no podía alcanzar jamás a la tortuga que había salido con ventaja. Cuando Aquiles llegaba a su posición la tortuga ya había avanzado un trecho. Consecuencia: la tortuga era insuperable.
    Después de la lectura de estas líneas me han venido a la cabeza la enorme cantidad de personas, muchos de ellos llamados nativos digitales, que aún no tienen un uso fluido de la web y ya tienen en el horizonte aplicaciones nativas. Es cierto que los jóvenes ya las usan pero quienes tienen la responsabilidad de su educación las temen porque las desconocen. Este supuesto avance digital, ¿no contendrá en si mismo el germen de su fracaso al ir demasiado rápido y sin dar tiempo a que se den los pasos intermedios?.
    Todos sabemos como incluso el propio Zenón que Aquiles sobrepasa a la tortuga. Pero igual esto sólo ocurre en el plano de las apariencias y resulta un hecho ilusorio.
    ¿Y si en el terreno educativo esta carrera desenfrenada de la nuevas tecnologías y el desarrollo de internet genera poco más que una ilusión que no termina por conseguir sus objetivos de mejorar el conocimiento y el uso que la humanidad hace de él?.
    Es difícil tener buena salud sin buenas digestiones.

    PROFESOR JANO
    Perfil digital en: http://tinyurl.com/239ub6t

  7. Muy buena interpretación del artículo de Anderson, Dolors! :)

    Efectivamente, como a tí, a mí también me extraña mucho esta posición después de leer FREE, un texto muy claro y muy bien fundamentado.

    Sobre todo porque mi visión de lo que es la Web difiere bastante de lo que se comenta en este artículo. Coincido contigo, confundir “apps con jardines vallados, con plataformas cerradas, de pago, de contenidos” es algo muy peligroso (o demagógico, o una muy buena provocación… En fin.)

    Entiendo que lo que Anderson quiere que entendamos que “una cierta forma de concebir al WWW” está cambiando, quizás gracias a la fuerza de player como Facebook que no abrazan esta visión abierta, aunque por otro lado refuerzan un aspecto clave como la idea del compartir.

    Marcello

  8. Pingback: elmorsa.pe » La web está muerta
  9. Los inventores que son presionados por sus jefes todos los dias continuan inventando mas y mas cosas que eventualmente convertiran a la internet en algo inutil especialmente tambien si empiezan a ponerles leyes a los buscadores o sea la libertad de encontrar lo que sea en la red se puede perder

  10. Dolors,

    todavía no he leído el artículo de Anderson excepto por los comentarios que tú y otros le han hecho. Tu artículo me parece muy contundente y certero, bueno el análisis y las conexiones que estableces con otros. Solo dos puntos quería hacer:

    1) El problema que le veo (como tú y muchos más) a la tendencia a las vallas y los apps es que la Web como la conocimos esté siendo atrapada. Si muchos de los accesos ocurren a través de apps, quienes tengan el control de esos apps controlan la libertad de expresión y la diseminación de ideas. Por ende, la Web cesa de ser ese espacio libre, y el peligro es que aunque como tú dices, la fuente original sigue en la Web, una posible mayoría de personas nunca la accedería! Sería el fin de la libre Web. En este sentido veo yo el peligro y el sentido de la “muerte de la Web”.

    2) Me sigue extrañando que Wired siga tan profundamente norteamericana en sus visiones y prejuicios. Uno se esperaría que una revista dedicada a la realidad “alambrada” sea global, y no, las estadísticas y los datos casi siempre se refieren a EEUU.

    Abrazos y hasta pronto! No veo la hora de seguir hablando de ésto en persona!

  11. Estoy de acuerdo, Antonio, en que las apps “manipuladas” podrían ser un problema, pero es muy alarmista decir que los son realmente cuando, de momento, no es el caso. Se tiende, ciertamente, a contenidos curados a partir de distintos intereses pero eso no tiene que ser necesariamente malo.

    Estoy de acuerdo respecto a Wired. Y el tema me preocupa más porque marcan tendencias mundiales y no veo que los hispanos estemos resultando todavía alternativa….

    Sí lo comentamos pronto, sí :)

    Un abrazo

  12. Creo que el articulo de wired debería tener un glosario de términos así evitarían confundir a los lectores, sin embargo el buzz que trae es inmejorable.

    En mi entender:
    Como es usual el análisis es netamente realidad USA.
    La muerte de la web se refiere a la muerte en interés, crecimiento e inversión económica.

    Justamente app móviles, nativas u otras ya no son Web. Sino se usa el navegador Web para acceder a la funcionalidad de un servicio, este servicio ya no es considerado Web.

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