Enseñar, empoderar, concienciar, a través del storytelling participativo

El artículo de hoy trata sobre la conjunción de tres términos, a cuál más interesante y que juntos se convierten en mucho más que una suma. Es importante la participación y esta es posible de las formas más diversas hoy. Destaca de entre ellas el video, herramienta  privilegiada, además, a la hora de contar esas historias que constituyen una forma de lenguaje universal y eternamente efectiva para el ser humano.

Video, storytelling

Contar historias está entre las formas  más efectivas hoy, decíamos, de captar la atención necesaria para nuestros mensajes. Lo saben, si dejáis que añada un apunte de actualidad a esta nota, desde Twitter, que acaba de lanzar Vine, una app que permite al usuario grabar microvideos para compartir en cualquier red social.

También lo sabemos periodistas, activistas, profesores, cuando utilizamos vídeo o cuando contamos anécdotas y ejemplos en nuestras clases.

La causa está, como decíamos en otro momento,  de nuevo, en la elevada sociabilidad del ser humano:

Toda historia es social

Es antiguo ya el poder de las historias y se basa, fundamentalmente, en que cuando contamos las cosas mediantes estas las estamos humanizando y por lo tanto provocando empatía, elemento fundamental de la sociabilidad. Es probable que esté en ese aspecto, en el hecho de que percibamos la historia en cuestión como si la estuviéramos viviendo nosotros mismos, una de las claves del éxito de la aplicación de la perspectiva del storytelling a juegos, compras, lecciones y cualquier otro tipo de narrativa que requiera motivación.

Las historias son un elemento esencial del lenguaje en los social media, siempre caracterizados como un lugar para las personas. La fuerza de transmisión viral de las redes sociales, además, para cuestiones como las historias, capaces de movilizar de forma potente las emociones, es espectacular y no es infrecuente que de una buena historia y la facilidad de transmisión en el medio deriven conocidos ejemplos de buenas prácticas en los social media.

Paradigmático de la maestría en el arte del storytelling de los norteamericanos y a la vez de la fuerza de una buena historia para convencernos es el ejemplo de Obama…

El estudio de los procesos cerebrales implicados en la lectura y en el atractivo de las historias ha sido investigado extensamente. Livia Blackburne, autora de From Words To Brain, “De las palabras al cerebro”, nos recomienda en este sentido que al escribir usemos palabras que evoquen emociones, descripciones vívidas y un lenguaje preciso que permita al lector dibujarse una imagen de lo que está ocurriendo. Debemos conseguir que el lector se identifique con los personajes, que empatice con ellos, nos dice.  La idea está en que una descripción visual vívida activará las regiones visuales de nuestros cerebros, mientras que las descripciones de los pensamientos y motivaciones de un personaje activarán porciones del cerebro relacionadas con el razonamiento social, ambas cosas potentes.

Otros autores destacan cómo en cuanto a juegos e historias, íntimamente relacionados, parecen responder a la importante necesidad de nuestros de buscar significados, las causas de las cosas que van ocurriendo a nuestro alrededor. Somos, además, animales sociales y como tales nos gusta pasar tiempo con otros, escuchar acerca de las cosas que les pasan, lo cual crea un interés evidente sobre las historias que nos llegan. Cuentos, juegos, canciones, novelas, obras de teatro y otras diversas formas de historia serían tan potentes como para hacernos entrar en los estados de flujo que Csíkszentmihályi describía como momentos de motivación (y felicidad) máximas.

Las historias son también una forma de traspasar información a los demás, de enseñar y de aprender de la experiencia ajena sin necesidad de experimentarlo todo, algo tremendamente adaptativo para seres humanos enfrentados a mundos progresivamente complejos.

Es en este último aspecto, el de informar, formar, mostrar al resto del mundo distintas realidades, en el que el storytelling  nos interesa hoy. Cuando lo que queremos es concienciar sobre la diversidad, cambiar, en definitiva, pensamiento y actitudes hacia la construcción de un mundo más justo,  contar historias reales y hacerlo en video son cosas impagables.

Más si le añadimos el tercer elemento que no ocupa, el de la participación. Nadie mejor para transmitir lo que vive, lo que piensa, lo que siente, que el protagonista de la propia historia.

Storytelling participativo

Se trata de formar en narrativa, en tecnología, para que las historias se cuenten en primera persona. Lo hacen nuestros jóvenes, que provienen de las denominadas culturas participativas, sin demasiado esfuerzo y constituye un arma de empoderamiento fundamental. Lo saben desde hace tiempo desde el activismo y empezamos a saberlo en educación: la participación y no la representación, es la solución en el caso de colectivos discriminados por cualquier causa, nos dicen en un interesante artículo en Good.

El tema me recuerda al que viví en Argentina el pasado Agosto. Invitada por el programa Conectar Igualdad, daba una conferencia en Resistencia, capital de la región de Chaco. El ministro de educación me contaba cómo de orgullosos estaban de una emisora de radio local, conducida por indígenas. Me consta que en las prisiones catalanas, amigos psicólogos y educadores hacen cosas similares, por poner otro ejemplo.

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Es algo fácil en internet, donde no existen todavía demasiadas plataformas protegidas para este tipo de iniciativas pero podemos aprovechar la facilidad de crear canales en Youtube, Vimeo o similares.  Honrosos ejemplos son The Chiapas Media Project o Longhouse Media, lugares dedicados a la formación de nativos de Oaxacan (México) y de jóvenes nativos Americanos en contar sus historias mediante tecnologías digitales.

Cabe recordar para terminar, que no hay mejor forma de enseñar y aprender que la que implica participación. No hay que tomárselo al pie de la letra (el propio Dale, su creador, decía que no se trata de datos que provengan de investigación), pero creo que el cono del aprendizaje que muchos/as formadores conocemos resulta también de interés para cualquiera que quiera que su mensaje sea significativo en los social media.

 

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¿Conocéis más ejemplos? es importante darles toda la visibilidad posible…

 

ACTUALIZACIÓN:

Me ha parecido también interesante la propuesta de recursos para radio y video low cost en agricultura de la USAID… formación y ayuda entre pares en cuestiones de desarrollo agrícola… exploradla vosotros mismos:

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12 comentarios en “Enseñar, empoderar, concienciar, a través del storytelling participativo

  1. Pingback: Bitacoras.com
  2. Bueno, que tal. Hace mucho que te sigo por las redes sociales y he visto mucho material en vídeo tuyo. Alejandro Piscitelli es por quien llegue a ti. Soy profesor de comunicación social en la ciudad de La Plata – Argentina. En este momento estoy preparando mi tesina que voy a desarrollar en la escuela en la que trabajo con una experiencia piloto con un grupo de 5to año. El trabajo de campo de tesis es para acreditar una carrera de postgrado: Licenciatura en Tecnología de Educación, que la cursé en la UTN de CABA.
    Hay mucho de lo que este artículo me refresca y por supuesto coincido.
    te mando un prezi en el que se sintetiza cómo voy a encarar el trabajo por proyecto e individualizado con la plataforma EDMODO.

    http://prezi.com/pyjoe0w_size/derrumbando-muros-en-la-escuela-20-presentacion-2013/

  3. Me gusta. Me parece un enfoque absolutamente "novedoso" de la docencia. Pongo novedoso entre comillas porque a lleva tiempo aunque lo haya descubierto hace poco

  4. El storytelling es la versión actual de las historias que se contaban en los viejos caminos de nuestra vieja Europa por los bardos, juglares, trovadores y cuentistas. Por tanto, siempre es un recurso hacedor de cultura y en los últimos decenios, también de ciencia.

  5. Pingback: El arte de contar historias... - OjúLearning

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