Datos sociales abiertos: para conocernos mejor

Está claro que no es algo que preocupe a las marcas principales en la web social, pero el caso es que si dejaran que analizásemos grandes conjuntos de datos anónimos en Facebook o Twitter podríamos extraer interesantes conclusiones sobre cuestiones sociales clave para el autoconocimiento de la humanidad.

Me planteaba hace unos días investigando sobre innovación social si la cuestión no debería abordarse como lo hacemos con los Open data, el movimiento de liberación de datos antes privados de las administraciones para que todos/as podamos investigar con ellos. Exigir que Facebook, Twitter, Tuenti, entraran a formar parte de ese movimiento o que las administraciones públicas, como responsables de la puesta a disposición del ciudadano  de datos de servicio público se lo exigieran, podrían ser cosas posibles.

Son muchos los signos de los buenos ojos con que la ciencia social actual mira a las redes sociales y las oportunidades de monitorización que inauguran. Conocemos ya, en este sentido, las tímidas incursiones de Twitter o algunas aplicaciones del Twitterverso en el mundo de la denominada “minería”, de la visualización de datos, con los análisis de sentimientos incluso como sustitutos de antiguas encuestas de opinión.  Recordar, en este sentido, la relación de las redes sociales con las leyes de la física, con patrones que parecen desprenderse del caos y repetirse entre ambas ciencias (recomiendo una revisión posterior de Bursts (ráfagas) para profundizar este aspecto).



Datos la venta.

Nueva muestra de todo ello es el estudio que publican desde Facebook, What’s on your mind?, en el que desvelan los resultados de su análisis de texto de 1 millón de mensajes anónimos.

No es el objetivo de este artículo profundizar en la interpretación del estudio pero algunos datos, como los siguientes, resultan curiosos y nos ofrecen una primera fotografía interesante de la sociedad que habitamos:

Se desprende del mismo, por ejemplo, que la gente joven expresa más sentimientos negativos,  jura más que los mayores, envía mensajes en general más cortos (los mayores utilizan más preposiciones y artículos) y habla más de sí misma. Los temas preferidos de los mayores son deportes y música.

No parece demasiado adecuada una aproximación ególatra a las redes sociales, cuando la gente más popular es la que más habla de otra gente, de tv, de películas. Tampoco hace popular hablar sobre trabajo, sobre hábitos cotidianos como dormir, comer, etc… ni formular pensamientos.

Es frecuente, finalmente, entre los menos populares, utilizar tiempos verbales pasados, ser más emocionales.

Las emociones, en general, dependen también del momento del día, con las mañanas en general, para todo el mundo, más positivas que las tardes o las noches. Tampoco demasiado sorprendentemente y también en un sentido general, es frecuente observar el fenómeno de homofilia (tendencia a unirnos a gente parecida) en las redes sociales, con similar utilización de temas, vocabulario y formas de expresión.

Las palabras en la parte superior de la columna izquierda aparecen más en los perfiles de la gente más mayor, los de la derecha en los de la gente más popular.

Son datos interesantes, aunque a menudo sesgados por la interpretación de la compañía, así que más allá de la anécdota el tema está en si deberíamos exigir la liberación de este tipo de datos para usos públicos, dada la importancia que podría tener el trabajo de los mismos por parte de investigadores independientes. No es una cuestión fácil y tampoco, com he leido en algunos casos, deseable por un Zuckerberg alardeando en teoría de artífice de la sociedad de la transparencia pero comportándose en la práctica más en mercader que en promotor del interés social de lo que muchos/as aportamos a su compañía.


Datos para conocernos mejor

Hemos hablado a veces de Google Public data Explorer como complemento útil en educación si queremos aprovechar las oportunidades actuales de vincular la sociedad de los datos abundantes, la sociedad transparente, a la investigación, pero existen muchas otras plataformas que lo facilitan.

Un artículo reciente en Slate.com nos recordaba iniciativas como  Open heat map, entorno que facilita la creación de gráficos, la visualización de datos. O la interesante track your hapiness, que va un poco más allá y constituye en sí misma un proyecto de investigación para ahondar sobre los factores que influyen en nuestra felicidad.

En Facebook aparecen también iniciativas independientes, como la de visualización de los índices de felicidad nacional (Gross National Happiness Index)  o la sorprendente  Openbook, un sitio que se creaba para demostrar cómo la configuración de las opciones de privacidad confunden de tal forma  que compartimos asuntos “sensibles” sin apenas darnos cuenta.

Son algunos ejemplos de lo que un planteamiento de open data en lo social puede significar. Otros ejemplos futuros podrían ser la posibilidad de planear transportes evitando los lugares de los que la gente se queja más, los análisis de opiniones sobre escuelas, servicios sociales, sanitarios, etc… más que los actuales y típicos ya en cuanto a marcas y empresas.

En política, incluso, el análisis de datos puede matizar aquella idea generalizada de que la ideología no importa ya frente a intereses más materiales. Existen en este sentido ya interesantes iniciativas de medida de correlaciones entre fan pages para conocer qué tendencias políticas profesa la gente con determinadas ideologías.

¿Tenéis curiosidad por saber en qué  épocas de año se producen más rupturas sentimentales? También los status en Facebook pueden satisfacerla:



En fin…  es importante recordar en este punto el  Living Earth Simulator (LES), ejemplar proyecto de minería de datos masiva en curso. La idea es intentar simular la actividad social natural en la tierra  a grandes escalas (similares a las utilizadas en el famoso LHC (Colisionador de hadrones) para extraer patrones hasta ahora ocultos.

“Muchos de los problemas actuales, incluyendo desequilibrios económicos y sociales, guerras, difusión de enfermedades, etc… están relacionados con el comportamiento humano”, comenta el Dr Helbing, del instituto federal Suizo de tecnología, responsable del proyecto futuro de creación de este simulador.  “Revelar las leyes ocultas y los procesos que subyacen a las sociedades constituye uno de los grandes retos del siglo”.



Terminar con un bonus track de una hora, que amplía el resumen videográfico protagonizado por Hans Rosling y la herramienta Gapminder que dejábamos en un post de enlaces recomendados reciente y que seguro que os gustará:

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8 comentarios en “Datos sociales abiertos: para conocernos mejor

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  2. Hola Dolors,
    Me extraña leer este post y no encontrar montones de comentarios a lo que comentas. Creo que se abre una interesante reflexión sobre esa necesidad de sobreexposición del ámbito privado que está surgiendo en nuestra sociedad. Por una parte hay una corriente de defensa de la privacidad hasta extremos seguramente ya imposibles y por otra ese querer que lo sepan todo de uno, esa obsesión por ser accesible a todo el mundo, en todo momento y lugar…
    Creo que es un punto de partida para un debate profundo sobre lo que nos mueve a unos y a otros y sobre los peligros que las dos opciones conllevan.
    Feliz año!

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  4. Hola Dolors, te conocí buscando cosas sobre prezi y ahora te leo todos los días, me das muchas ideas y me descubres caminos nuevos, herramientas, aplicaciones. Gracias.
    El tema del autoconocimiento me interesa porque lo utilizo en mis clases. Con la ventana de johari intento expresar la necesidad de conocerse y darse a conocer para ampliar al máximo el ámbito psiquico “positivo”. Nunca lo había pensado pero las redes sociales, por ejemplo Facebook son un modo más de mostrarnos y de ser en un entorno distinto y que amplía las perspectivas y posibilidades de autoconocimiento. ¿cómo me ven los demas?, ¿cuánto me importa lo que me contesten?, ¿Cómo me muestro en la web?
    Es un aspecto muy interesante, gacias por mostrármelo
    María

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