Busca, compara, descansa y deja que tu intuición decida

Son muchas las decisiones, sobre cosas triviales o importantes, que tomamos a diario. El otro día pasé varias horas decidiendo en diversos buscadores en qué hotel debería alojarme: ¿céntrico pero más caro? ¿Con más prestaciones pero menos céntrico? ¿Con desayuno incluido o mejor ir a desayunar por ahí?…

Y es que lo que parece un proceso sencillo en realidad es algo cognitivamente exigente, que incluye tener que evaluar decenas de alternativas, tener en cuenta una serie de variables, sopesar pros y contras…y eso de manera continua, en cada decisión de consumo. Como diría Barry Schwartz en La paradoja de las elecciones, la evolución y el capitalismo lo hacen todo muy complicado.

¿Cómo abordamos todas esas decisiones, que parecen infinitas? A lo largo de la historia, la respuesta ha sido que ante un dilema debemos evaluar cuidadosamente las opciones y pasar a deliberar cuidadosamente la información. Entonces, tenemos que decidir el hotel o lo que sea que mejor se adapte a nuestras preferencias. Así es como maximizar la utilidad y obtener el máximo retorno de la inversión. Somos agentes racionales, y por tanto, tomamos decisiones de manera racional.

Lo decía Dan Ariely en Predictably irrational y lo veréis muy rápidamente ante la siguiente ilusión auditiva, que descubrí ayer y creo que ilustra bien la irracionalidad que nos caracteriza, el efecto McGurk. Si no sabéis inglés recordad lo siguiente…. el sonido no cambia en ningún momento. Lo que a veces escuchamos como “pa” y otras como “ba” o “fa” depende únicamente de la posición de los labios que observamos. Me parecía impresionante…

 

 

¿Es eficiente la racionalidad?  ¿Qué pasa si es más fiable, si tomamos mejores decisiones cuando confiamos en nuestro instinto? Si bien siempre se ha creído en la sabiduría de las emociones, es en los últimos años que los científicos han demostrado que el sistema emocional puede imponerse en las decisiones complejas o aquellas que involucran muchas variables. Si esto es verdad el inconsciente podría resultar más adecuado para algunas tareas cognitivas que el cerebro consciente. Es decir, el mismo proceso que llamamos irracional e impulsivo podría ser, en determinadas condiciones, más inteligente que la misma razón.

El motivo fundamental podría ser de capacidad. Así como el inconsciente es capa de manejar una gran cantidad de información sin colapsarse,  lo consciente solo puede procesar alrededor de cuatro bits de datos en cualquier momento. En nuestro ejemplo, ante la abrumadora cantidad de hoteles existentes hice bien en elegir el que sentí que era el más adecuado.

La investigación más representativa de esta idea es el experimento de Dijksterhuis. Consistía resumidamente en ofrecer a un grupo de compradores de coches descripciones de cuatro coches con cuatro variables por coche (por ejemplo, se conduce mal, pero es muy cómodo para las piernas, etc.). Una de las descripciones correspondía a un coche ideal, en el que predominaban aspectos positivos. Después, los compradores tenían unos minutos para valorar conscientemente su decisión. En esta situación “fácil”, más del 50% eligieron el coche ideal.

En otro grupo se mostraban las mismas descripciones pero no los dejaban pensar conscientemente su decisión, distrayéndoles inmediatamente con algunos juegos de palabras. Luego interrumpió el juego y, de repente, les hizo elegir el coche ideal. De esta manera, estarían eligiendo con el cerebro inconsciente. El resultado fue significativamente peor. Los datos confirmarían, así, que la razón siempre es mejor.

Pero el investigador no se conformó. Repitió el experimento agregando 12 variables a cada coche, por lo que fue una situación más difícil pero más real, más fiel a lo que es enfrentarse a la compra de un coche.

En este caso, de entre los que tuvieron tiempo para pensar, sólo el 25% eligió el coche ideal, mientras que los que estuvieron distraídos durante unos minutos, acertaron casi en el 60% de las ocasiones.

La propuesta del autor es sugerente:

Usa tu mente consciente para obtener toda la información que necesitas para tomar una decisión. Pero no se trata de que la analices con tu mente consciente. En vez de eso, vete de vacaciones mientras tu mente inconsciente lo digiere. Sea cual sea tu intuición es casi seguro que va a ase la mejor opción.

 

Durante un tiempo se consideró el estudio anterior un accidente experimental, pero un nuevo artículo publicado este mes en Emotion lo revitaliza y replica, como prueba de las posibles ventajas de utilizar las emociones para decidir cosas complejas. Un experimento similar llegaba a las mismas conclusiones: cuando las variables son pocas el desempeño es mejor con el cerebro consciente, pero cuando el número de variables es mayor, y la situación se complica, decide mejor el cerebro inconsciente.

Esta podría ser la explicación final: La enorme capacidad de procesar del cerebro inconsciente asegura que podemos analizar toda la información relevante al evaluar todas las alternativas. Como resultado, somos capaces de dar sentido a cada una de las variables mediante una etiqueta afectiva: la mejor opción es rápidamente asociada con la emoción más positiva.

Aunque seguirá el debate, estos estudios nos hacen valorar de forma más positiva el poder de las emociones en esferas que hasta ahora se consideraban estrictamente “intelectuales”. Muestran que desde luego, asociar la emoción, corazonada, intuición a algo negativo e irresponsable no tiene ya, con la evidencia experimental y científica disponible, ningún sentido.

 

Con la colaboración de Gabriela Fretes Torruella, El caparazón.

 

 

ResearchBlogging.org Mikels, J., Maglio, S., Reed, A., & Kaplowitz, L. (2011). Should I go with my gut? Investigating the benefits of emotion-focused decision making. Emotion, 11 (4), 743-753 DOI: 10.1037/a0023986

Entrada leída 1820 veces desde Abril de 2022

¿Te ha gustado? Opciones para compartirlo en redes:

13 comentarios en “Busca, compara, descansa y deja que tu intuición decida

  1. Pingback: Bitacoras.com
  2. Vamos, mas o menos, lo de “consultar con el cojín” de toda la vida. La razón justifica nuestros actos pero, en realidad, son las emociones las que mueven el mundo. Debemos hacer un uso combinado,No está mal que nos lo recuerden.

  3. Hola Dolors. El vídeo es muy bueno, sobre todo por la sencillez del ejemplo. El artículo me ha sorprendido. En general las perspectivas irracionalistas me generas suspicacias. Pero tú hablas aquí de estudios concretos, que se han elaborado de forma racional. Así que negar su relevancia, en el fondo sería como ser más papista que el Papa.

    Mencionas un dato que me parece clave, que es el de la capacidad de procesamiento mayor por parte del inconsciente, en relación a lo consciente. ¿Dónde podría encontrar más información sobre esta cuestión?

    Gracias. Un Saludo.

  4. Un ejemplo precioso de Sosan:
    “Mira dentro de la semilla,en el interior de uno mismo.Allí el significado florece inmediatamente.Siempre ha estado ahí.Solo necesitaba tu atención.
    Pero lo habías descartado, te había sido indiferente.Has estado dándote la espalda a ti mismo.Y el significado espera, y todo el propósito de la vida permanece oculto, y todas sus gracias y bendiciones solo esperan a que te des la vuelta”.

  5. Pingback: Busca, compara, descansa y deja que tu intuición decida :: Jujinga inteligencia OpenSource
  6. Si, lo de consultar con la almohada que todos hacemos, … me maravilla (por desconocimiento mío) que se pueda estudiar empíricamente.
    Gracias por el post! Quedo a la espera de tu siguiente aportación :-)

  7. Pingback: El efecto McGurk y los prejuicios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *