Pocas uvas, muchos pepinos y el carácter natural de la indignación

El sociólogo Granovetter estudiaba en su día cómo se formaban las riots.

Dos eran, si me permitís un rápido resumen, sus procesos básicos:

 
Cascada: un número suficiente de personas que avanzan en determinado sentido, son capaces de contagiarlo  a los demás, en mayor medida cuanto más numerosas son.

-Umbral: personal para cada uno y que se entendería, por ejemplo, si pensamos que es difícil que personas pacíficas, por muy numerosas que sean, terminen montando revoluciones violentas.  En este aspecto nos detendremos. Y es que dando un paso más e incorporando elementos de la psicología social, lo que está claro es, como siempre decimos, que hemos cambiado. ¿En qué elementos?

 

El nuevo “participador”

Hemos explicado antes a través del fenómeno de la disonancia cognitiva, que la diferencia entre lo aprendido en internet y lo que es posible en el mundo offline está jugando un papel importante en la definición del umbral.  En otras palabras, el que se moviliza es el nuevo individuo conectado que ha crecido o vivido buena parte de su vida  participando y no va a renunciar a hacerlo.

Animales dignos

Pues bien.. creo que debemos incorporar, a la vista de los acontecimientos, de investigaciones antiguas como el juego del ultimatum y las investigaciones nuevas de gente como Franz de Waal, también como elemento fundamental, intrínseco a la propia psicología humana, el proceso de la indignación.

El autor defiende, como lo hacemos en Socionomía, la versión más positiva sobre la naturaleza de los seres humanos y en The age of emphaty  plantea la hipótesis de que, aunque algunos las presenten como características exclusiva de los seres humanos,  empatía y  reciprocidad (sentido de la justicia),  son características que aparecen  también en otros primates superiores (y dicho sea de paso, otros ilustres animales como los elefantes).

Somos animales sociales pero lo que no sabíamos era que también somos  animales dignos…

 

Disfrutad del vídeo, que muestra cómo la indignación, la necesidad de justicia para uno mismo,  podrían ser también naturales, incluso biológicas y  no exclusivas del ser humano:
 

 

 

No ocurría cuando no lo sabíamos pero cuando la información fluye de forma abundante (recuérdese la influencia de los cables que wikileaks sobre la corrupción egipcia en la revolución posterior), cuando podemos ver con facilidad cómo existen uvas para algunos monos pero pepino para muchos otros, los que formamos parte de la manada sufrimos niveles de indignación intolerables… y ocurren cosas como  el 15 de mayo de 2011, cuyo aniversario hoy celebramos.

Estaré mañana, por cierto, a las 16:30, con otros expertos en “El 15M: Debate sobre el futuro de un movimiento transformador” para  RTVE.es.  Mi principal argumento: ni sociabilidad, ni participación ni indignación tienen ya vuelta atrás.

Allí os espero.

Entrada leída 703 veces desde Abril de 2022

¿Te ha gustado? Opciones para compartirlo en redes:

3 comentarios en “Pocas uvas, muchos pepinos y el carácter natural de la indignación

  1. Pingback: Bitacoras.com
  2. Antes de nada, comentarte que te sigo desde hace un tiempo y me parece un blog excelente: riguroso, serio, innovador, ameno, temas bien tratados… No obstante, al leer el post de hoyu quería hacer una pequeña observación sobre los anglicismos.En lugar de “riots” no podrías utilizar el equivalente castellano (revueltas, disturbios, motines…)? No sé si es una fijación personal mía, pero a veces me da la sensación de que con el tema de los extranjerismos estamos perdiendo el norte. A veces, para lo único que sirven es para despistar al lector; otras, no añaden valor al texto. Pienso que a menudo no está justificada su utilización.Perdón por extenderme y felicidades por tu buen trabajo

  3. Pingback: El caparazón » Superhéroes pequeños vs. los veinte grandes

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *