Hablar en red: errar nos hace humanos

Hablamos a menudo de la humildad, de sinceridad y transparencia, de cómo la inteligencia colectiva que se desarrolla en redes no tolera ningún tipo de manipulación o mentira.  No debemos temer equivocarnos, cometer alguna falta de ortografía o tipeado y si consideramos que lo twiteado, blogueado o enviado a cualquier red social puede generar malentendidos podemos, simplemente, contextualizarlo o pedir disculpas.

La investigación que encuentro hoy apoya el tema: “Errare humanum est” y no, no nos resulta más confiable la gente perfecta sino precisamente todo lo contrario.

Lo investigan, entre otros, el psicólogo Elliot Aronson y se denomina el Efecto Pratfall. Indica que la gente que nunca comete errores suele gustarnos menos que la más humana. La perfección genera distancia y un aire de invencibilidad que resulta desagradable a los ojos de los demás.
Encuentro en Internet en el Aula un resumen de la 44a74d3ef7a211e28c1322000a1fb036_7investigación:

Unos psicólogos decidieron comprobar si la gente perfecta era mucho más atractiva que el resto. Para ello diseñaron el siguiente experimento: Cogieron a unos cuantos sujetos y les dijeron algo así como: “Mira Lucas, estamos buscando gente para un concurso de televisión de conocimientos, y tenemos aquí la grabación de un candidato. Nos gustaría que la escucharas y nos dijeras qué te parece”.
Y Lucas escuchaba la grabación. El tipo hablaba un poco de sí mismo, respondía a unas cuantas preguntas y se marchaba. Había en total cuatro tipos, cuatro grabaciones, pero ninguno de los sujetos experimentales oía las cuatro grabaciones, sólo una.
Pero, había truco. Porque los cuatro tipos eran el realidad el mismo tipo, un actor profesional que representaba un papel distinto en cada grabación.
Un tipo extremadamente competente, 92 % de acierto en las preguntas, premio honorífico en el instituto, editor del libro de graduados y miembro del grupo de seguimiento.
Un tipo mediocre, 30 % de acierto en las preguntas, calificaciones bastante corrientes, corrector de pruebas del libro de graduación y se había presentado para el grupo de seguimiento pero no le aceptaron.
El tipo perfecto de nuevo, pero esta vez se le caía el café y se manchaba el traje.
El tipo mediocre de nuevo, que también se manchaba el traje.
Resumiendo, teníamos 1º un tipo competente, 2º otro competente pero torpe, 3º otro mediocre, y 4º otro mediocre y además torpe.
RESULTADOS DEL ESTUDIO
La gente en general prefiere al competente sobre el mediocre, y al hábil sobre el torpe, pero cuando se da todo a la vez, la gente prefiere al competente un poquito torpe.

En fin… que vale la pena, cuando en la red es fácil que emerja, reconocer el error recordando no sólo el tema de la humillación mutuamente asegurada del que habla Jarvis sino que nadie, al parecer, nos gusta perfecto.

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4 comentarios en “Hablar en red: errar nos hace humanos

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  2. Aunque lo mío no es la psicología, aunque le di a un curso de Coursera -uh, ya ves tu, jejeje-, quizá tenga que ver con la aspiración a perfección que socialmente compartimos, un paradigma cultural relacionado con el progreso y la Razón, o con la moral judeocristiana del buen samaritano, y que a su vez exista la creencia que esa perfección moral o intelectual no existe, y cuando observamos a alguien que según nuestros valores es perfecto, buscamos confirmar nuestra creencia, sesgo de confirmación, y desconfiamos que ahí hay gato encerrado, que por algún lado será "más humano" -torpe, mediocre, dañino, vulnerable,…-, no artificial.

    Me ha encantado este artículo!

  3. Estoy completamente de acuerdo con lo que comentó Juan Carlos. Cuando estaba leyendo el texto también pensé que en realidad lo que nos resulta difícil de tolerar es que "el otro sea más perfecto que yo". Esa sería la barrera, que tendría que ver mucho con una cuestión de compararnos con el otro y no poder lidiar con nuestra propia inferioridad. Recordemos que el complejo de inferioridad es muy difícil de lidiar, y también nos expone. Por eso quizás el competente pero torpe nos resulta más accesible de alguna manera, porque quizás en el fondo sentimos que nos vamos a sentir cómodos a su lado. Como si la torpeza en algún plano le restara planos y nos haría sentir inferiores. Como si usáramos ese mecanismo para compararnos con él y situarnos al mismo plano, de alguna manera. Me pareció súper interesante el artículo. Besos.

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