Chatroulette ¿disrupción social y moral o buzz momentáneo?

Nunca ha sido tan adecuado el tono dubitativo del título de este post. No sé, realmente, qué alcance tendrá, qué disrupción o evolución representa el nuevo extraño servicio Chatroulette. Lo que sabía era que captaría la atención de muchos de los que escribimos sobre redes sociales.

Podríamos definirlo fácilmente como el nuevo Stumble Upon Social. Pero va mucho más allá de eso, situándose exactamente en el centro del debate sobre privacidad y seguridad en la web.

A pesar de lo que pudiera parecer, no se producen, en el aspecto social y en paralelo a la evolución invisible pero imparable de la tecnología, grandes cambios. Son muchos los matices que surgen a diario pero menos las aplicaciones, las nuevas formas comunicativas, como diría Castells, o apropiaciones de las mismas que son realmente disruptivas, que cambian aspectos sociales, culturales e incluso morales.

Extraigo una primera definición de Elías Notario en Alt 1040:

“¿Y qué es Chatroulette? Pues algo extremadamente simple, básicamente es un sistema que pone en contacto a personas con o sin webcam de forma aleatoria (eso sí, si entras sin cam no contactaras con nadie o será complicado). Cuando accedemos vemos en la esquina inferior izquierda del sitio una pequeña pantalla que pertenece a nuestra webcam, justo encima otra pantalla igual donde aparece la webcam de otro internauta al azar y finalmente a la derecha está la parte para chatear. Listo, no tiene más. Una vez entremos Chatroulette nos conectará automáticamente con otro usuario, si nos cae bien podremos interactuar con él mediante imágenes (las de la webcam), sonido y texto y si no nos simpatiza tan solo hay que picar un botón para pasar al siguiente usuario.”

Proyectado por un adolescente ruso, no parece estar atrayendo la atención de sus pares. Su población mayoritaria es de jóvenes adultos.

La experiencia parece ser la de exploración aleatoria social, el ensayo error de clicks hasta encontrar algo interesante con lo que interactuar desde un entorno “seguro”.

Y entrecomillo el tema porque surgen, incluso a partir de la reconciliación de conceptos tradicionalmente opuestos, ideas nuevas:

Transparencia anónima, serendipia social, exploración o descubrimiento del mundo adolescente a través de los pares de alrededor del mundo, más globalización de la etapa adolescente, definitivo ensalzamiento de la diversidad (casi hacia el frikismo:)), el fin de las versiones únicas televisivas, de lo social, podrían ser hipótesis interesantes en torno a Chatroulette.

Danah Boyd lo describe como un juego, un paseo por las calles digitales.

Y yo todavía me resisto a probarlo, aunque sea necesario muy poco sentido introspectivo para entender porqué.

Me pasaba algo similar al conocer “Sexy or not”:  el tema choca frontalmente con muchos de los fundamentos de lo que podría considerar mi educación de la intimidad, incluso mi desarrollo ético-moral.

No tengo, para qué nos vamos a engañar, después de leer las primeras revisiones y de ver algunos de los blogs y tumbelogs que se están llenando con sus contenidos, ningún tipo de ganas de probarlo.

O visto de otro modo, Chatroulette me ha hecho sentir, tal vez por primera vez en la web, mayor, consciente de que a pesar de que intente analizarlo (y os aseguro que busco la parte positiva del tema), no seré capaz de aprehenderlo, de entenderlo en profundidad.

Dejo el resumen experiencial para danah boyd d Sarita Yardi, que nos ilustra con algunos datos:

10% de voyeurs sexuales, 10% de performances artísticas, la mayoría es gente joven pasando el tiempo (hanging out).

Emergen de forma espontánea algunas normas:

* Hacer click en siguiente es, no solo permitido sino deseable.
* Signos brillantes o animales disfrazados son considerados troleo. Valoramos el intercambio auténtico, “Face to Face”, con otros.
* La gente evita ver a gente que conoce.
* Es algo así como “window-shopping”, un escaparate, un bazar de gente real.

En fin… la seguridad de nuestros hijos en las redes sociales, tema que trataba en Granollers, en el marco de la Catosfera Digital 2010, coincide con una de las líneas de trabajo alrededor de la cibersociedad que iniciamos hace poco con Gabriela Fretes, Psicóloga y futura Psicopedagoga que colabora de forma eventual en El Caparazón, así que seguro que seguimos hablando de ello.

Aunque creo que observaremos, una vez más, cómo la tecnología dirige los caminos socio-culturales que vamos transitando en la web.

Cuando, a partir de denuncias como la que sufría Google esta semana o de la aparición de herramientas como esta, se desarrollen algoritmos, servicios o aplicaciones de Inteligencia artificial (semánticos o no), capaces de analizar sin intervención humana el contenido videográfico que compartimos en la plaza publica de la web, habremos dado otro paso adelante hacia una Sociedad, una web que queremos más personalizada, más “user friendly”, más interesante, más libre y diversa pero también más socialmente responsable.

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12 comentarios en “Chatroulette ¿disrupción social y moral o buzz momentáneo?

  1. Pingback: Bitacoras.com
  2. a mi em recorda l’speeddate: si algú no t’interessa, fora. Com a mínim allà, cal dedicar-hi un mínim de temps (no sé si són 8 minuts). Sembla que al Chatroulette no cal ni això: canvies de contacte i, au, a otra cosa!

  3. Pingback: The Internet is a Series of Blogs (XXII) | Ultimos Avances
  4. Un experimento divertido es enfocar la webcam propia hacia la ventana de video donde aparecerá la imagen remota. La gente se sorpende bastante de verse a sí misma esperando otra imagen. Así se consigue que más de la mitad sonrían antes de hacer “next”…

    Es un curioso ámbito de experimentación a todos los niveles

  5. Acabo de encontrar en Google otro clon mejorado en español; tiene más opciones, como denunciar cámaras obscenas, a las que se les bloquea la IP temporalmente. También te deja cambiar la calidad del audio y la webcam. Lo malo que todavía no tiene muchos usuarios.

    Se llama http://www.chatego.com

    A ver cuál acaba despuntando…

  6. Creo que es atractivo como “paseo por las calles digitales”, que son las calles del mundo, la posibilidad de hablar con gente de cualquier lugar de forma fortiuta, abrirnos una ventanita a los pequeños mundos dentro del mundo. Algo que muchos buscábamos como aventura cuando empezamos en internet. La experiencia puede ser interesante. Dejando de lado a los exhibicionistas, es lindo ver la cordialidad del saludo efímero y cierta risa cómplice por estar perdiendo el tiempo allí. También se pueden tener conversaciones interesantes. De todas maneras lo probé una vez y no me ha apetecido volver a intentar. Como experimento estuvo bien.

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