Llegaron los implantes cerebrales, somos infornívoros y la singularidad va en serio.

Pensamos en dispositivos, en teléfonos móviles, cuando nos referimos a Ubicuidad,  a la posibilidad de acceder a Internet desde cualquier lugar. Y es que, aunque sabíamos ya de la existencia de fármacos actuales para aumentar la inteligencia, parecía que los implantes iban a tardar algo más en llegar.

Me sorprendía hace unas horas la noticia de que IBM había logrado replicar la Inteligencia de un gato. Recordábamos entonces los vídeos de Hergueta: Cuando los ordenadores puedan emular la capacidad de procesamiento de la información de nuestros cerebros, podría emerger incluso la conciencia.

Reflexionábamos en el mismo sentido acerca de  un artículo de Jamais Cascio sobre la Inteligencia aumentada:

A diferencia de otras especies, no dependeremos de la evolución natural que incremente nuestra inteligencia para sobrevivir:  Tecnología, farmacología impulsarán aquello que nos hace únicos: nuestra inteligencia.

Los científicos hablan de que hace 12,000 años de la última era glaciar (holoceno). Fue cuando emergió la civilización humana y nuestra co-evolución con herramientas y tecnologías que nos permiten adaptarnos mejor al entorno físico.

Si el aumento de la inteligencia tiene el impacto esperado, pronto entraremos en una nueva era. El foco de nuestra evolución tecnológica estará en menor medida en cómo adaptarnos al entorno físico y en mayor en cómo adaptarnos a la enorme cantidad  de conocimiento que hemos creado.

Es la Singularidad, definida en Wikipedia así:

“En futurología, la singularidad tecnológica (algunas veces llamada simplemente la Singularidad) es un evento futuro en el que se predice que el progreso tecnológico y el cambio social acelerarán debido al desarrollo de inteligencia superhumana, cambiando nuestro ambiente de manera tal, que cualquier ser humano anterior a la Singularidad sería incapaz de comprender o predecir.”

Dicho en otras palabras, lo que vivimos es un proceso evolutivo en por el que nosotros y sistemas digitales nos convertimos en más rápidos, más sofisiticados y más capaces a la par.

Diría Danny Hillis: “A largo plazo, Internet llegará a ser una infraestructura muy rica, tanto, que las ideas podrán evolucionar fuera de la mente humana”. La relación con el Conectivismo es evidente, aportando un elemento más para poder considerar este último como la teoría del aprendizaje más consecuente con la evolución que vivimos de la web.

Estamos, según Cascio, co-evolucionando: aprendemos para adaptar nuestro pensamiento, nuestras expectativas a esos sistemas digitales y a la vez nuestra inteligencia crea sistemas cada vez más complejos (fármacos que aumentan las capacidades cognitivas, implantes tecnológicos como el que motiva este post) y poderosos para satisfacer las expectativas del ser Infornívoro:

El término es acuñado por Schirrmacher, a partir de un comentario de George Dyson: “Y si el precio de que las máquinas piensen es que las personas dejemos de hacerlo?

Creo que pronto podré presentaros una traducción del artículo completo, pero como adelanto me sorprendía la noción de que podemos ver las plataformas computacionales como sistemas sociobiológicos que permiten repensar tres de los conceptos más importantes del siglo XIX: El Taylorismo (multitasking), El Marxismo (contenidos libres, copyright) y el Darwinismo (algoritmos de búsqueda y “foraging” -que traduzco como devorar- de información).

La perspectiva Darwiniana es la más interesante: La información es una ventaja adaptativa para los informávoros y el software que la codifica imita los hábitos de alimentación del hombre prehistórico).


Pues bien, volviendo al tema que motiva este post,  se añadiría a la perspectiva informávoro-adaptativa lo que leo en RWW, sobre investigadores de Intel en Pittsburgh que  explicaban cómo se están probando implantes tecnológicos en cerebros voluntarios con el objetivo de ayudarnos a navegar la red, manipular documentos, etc… Surfear la web a través del poder del pensamiento…..

La tecnología al servicio del ser humano (somos tecnología) dibuja un escenario de Singularidad que me parece mucho más probable (y atractivo) que el que imagina las máquinas tomando el control e incluso reemplazando la vida basada en el DNA, como hacía recientemente Stephen Hawking (“Humans Have Entered a New Stage of Evolution”, Los humanos hemos entrado en un nuevo estadio de la evolución).

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11 comentarios en “Llegaron los implantes cerebrales, somos infornívoros y la singularidad va en serio.

  1. Muy bueno el artículo, mi única observación es que suena mejor “informívoro” que “informávoro” . De hecho, en Google hay más resultados con la primera opción, no se si hay alguna diferencia en relación a la etimología de Frank Schirrmacher.

    Saludos

  2. Dolors, me interesa mucho lo que apuntas sobre la farmacología como un impulso de la evolución.

    Gordon Wasson, Mckenna y otros ya señalaron la importancia del consumo de determinadas plantas en la evolución del hombre. Ahora parece que la tecnología digital (la farmacología tambien es tecnología, no?) es la que avanza más veloz.

    Cuando dices que “sabíamos ya de la existencia de fármacos actuales para aumentar la inteligencia”, ¿a qué tipo de fármacos te refieres?

  3. Carlos:
    Lo estuve pensando durante minutos pero me sonaba mejor “Informávoros”. en el caso de Omnívoros, el prefijo está claro “Omni”, pero en el caso de algo relativo a la información, creo que podría ser más claro “informa”. Que cada cual elija :)

    Un saludo y gracias por tu opinión.

  4. Muchas gracias Dolors. Buenísimo también el artículo de Cascio, me ha encantado la parte en la que habla de los posibles problemas de formato en los implantes cerebrales, o de los problemas de la rápida obsolescencia, que nos obligarían a pasar por el “taller” todos los años…

    Respecto a los fármacos, veo que sólo habla de Modafinilo, Adderall, Ritalin y similares. Hay una gran polémica en EEUU con el consumo de este tipo de fármacos en las universidades. Veremos cuándo llegan aquí; más allá del debate sobre lo acertado de su uso, el empleo de fármacos para potenciar la memoria y la concentración sería un síntoma muy positivo en mi opinión.

    Hay un libro muy antiguo de Douglas Rushkoff, Cyberia, que establece un paralelismo muy curioso entre la innovación digital y el empleo de smart drugs y enteógenos.

    Saludos

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  7. Ando buscando a un neurólog español, Jesús Devesa, que tiene un tratamiento de regeneración cerebral basado en hormonas del crecimiento. Me parece que son terapias que entran en el campo de la farmacología. Será?

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